- El sarro es la calcificación de la placa bacteriana que requiere tratamiento profesional para eliminarse.
- Existen dos tipos: supragingival (visible) y subgingival (oculto, más peligroso para la salud bucal).
- La prevención incluye buena higiene dental y visitas regulares al dentista.
El sarro dental, también conocido como cálculo o tártaro, es uno de los problemas más comunes en el ámbito de la salud bucodental. Puede parecer un simple inconveniente estético, pero sus consecuencias van mucho más allá, afectando directamente a la salud de nuestra boca. Lamentablemente, muchas personas no comprenden su importancia y solo se preocupan cuando empiezan a notar problemas más graves.
En este artículo, desglosaremos en detalle qué es el sarro, cómo se forma, los tipos que existen y, lo más importante, las consecuencias de no tratarlo a tiempo. Además, daremos un vistazo a las mejores formas de prevención y las técnicas profesionales utilizadas para eliminarlo.
¿Qué es el sarro dental?
El sarro dental es una acumulación endurecida de placa bacteriana que se forma sobre la superficie de los dientes. Esta placa se compone de restos de alimentos, bacterias, células muertas y sustancias presentes en nuestra boca como la saliva. Cuando no se elimina de forma adecuada, la placa se calcifica debido a las sales minerales presentes en la saliva, transformándose en sarro.
Una de las características más notables del sarro es su color. En sus primeras etapas, suele ser blanquecino, pero con el tiempo puede adquirir un tono amarillento o marrón, especialmente si está acompañado de manchas por consumo de tabaco, café o té.
Tipos de sarro
Existen dos tipos principales de sarro:
- Sarro supragingival: Se encuentra sobre la superficie visible de los dientes, por encima de la línea de las encías. Es el más fácil de detectar por su localización.
- Sarro subgingival o infragingival: Se localiza por debajo de la línea de la encía, lo que lo hace menos visible pero más peligroso, ya que puede generar problemas graves como la periodontitis.
La ubicación del sarro también puede contribuir a que sea más difícil de eliminar en casa, especialmente en áreas como las caras internas de los dientes inferiores o entre las piezas dentales.
¿Cómo se forma el sarro?
El proceso de formación del sarro comienza con la acumulación de placa bacteriana. Esta película pegajosa se forma continuamente en los dientes y, si no se retira con un buen cepillado, empieza a endurecerse en unas 72 horas. La mineralización de la placa es facilitada por las sales de calcio y fósforo presentes en la saliva.
Algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de formación de sarro incluyen:
- Una higiene bucodental deficiente o inexistente.
- El consumo habitual de alimentos azucarados, café, té o vino.
- El tabaquismo.
- Factores genéticos, como el pH de la saliva. Un pH más ácido puede favorecer la formación de sarro.
- La falta de saliva, ya sea por medicamentos o condiciones médicas.
Consecuencias del sarro dental
No tratar el sarro dental puede derivar en diversos problemas que afectan tanto a la salud como a la estética bucal. Entre sus consecuencias más comunes, encontramos:
- Gingivitis: Inflamación y enrojecimiento de las encías, acompañados de sangrado.
- Periodontitis: Una evolución más severa de la gingivitis que daña el hueso y los tejidos que soportan los dientes, pudiendo llevar a la pérdida de piezas dentales.
- Caries: Las bacterias presentes en el sarro generan ácidos que dañan el esmalte dental.
- Halitosis: El mal aliento es causado por compuestos sulfurados producidos por las bacterias presentes en el sarro.
- Problemas sistémicos: Estudios han relacionado el sarro con enfermedades cardiovasculares y trastornos digestivos.
Cómo eliminar el sarro dental
Es importante señalar que el sarro no puede eliminarse con el cepillado habitual. Necesita ser tratado por un odontólogo mediante procedimientos profesionales como:
- Tartrectomía: Utiliza ultrasonidos para desprender el sarro de los dientes. Es un procedimiento rápido e indoloro.
- Curetaje: Recomendado para casos más avanzados, elimina el sarro bajo las encías. Puede requerir anestesia local.
Ambos métodos aseguran una limpieza profunda que no puede lograrse con técnicas caseras.
Prevención del sarro
La clave para evitar que el sarro se forme radica en mantener una buena higiene dental. Estas son algunas recomendaciones fundamentales:
- Cepillarse los dientes al menos tres veces al día, usando un cepillo adecuado y un dentífrico con flúor.
- Limpiar los espacios interdentales con hilo dental, cepillos interproximales o irrigadores.
- No olvidarse de cepillar la lengua, donde también se acumulan bacterias.
- Reducir el consumo de alimentos azucarados y bebidas pigmentadas.
- Visitar al dentista al menos una vez al año para realizar limpiezas profesionales.
Mantener estos hábitos no solo previene el sarro sino que también protege la salud bucal en general.
El sarro dental es mucho más que una molestia estética. Su formación puede derivar en problemas graves que afectan tanto a la boca como a la salud general. Por suerte, es un problema prevenible con una higiene adecuada y visitas regulares al dentista. Prestar atención a los primeros indicios y actuar a tiempo es esencial para evitar complicaciones mayores.